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islasdepiedra

324

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Permíteme que sea yo quien te lo diga. Lo que tienes ahora mismo ante tus ojos es una mera ilusión. La secuencia de letras no viene implícita en los espacios en blanco, y las palabras cobran el sentido que cada uno quiera otorgarlas. Somos casimíticos, ensoñadores y paraloculistoides desenfrenados. Nos gusta que nos miren, y por eso mismo estoy en el punto más alto de la Torre Eiffel, a 324 metros de mi yo curioso. Y todo empezó cuando aquel maldito croissant me manchó de chocolate la chaqueta incorrupta. Desde aquí arriba se ve todo con otra perspectiva; el vaso medio lleno siempre de ron, no existe el abandono solo incompatibilidad de caracteres, antes era feo y ahora soy ateo sinvergüenza, antes era médico y ahora soy un suicida acojonado, desde aquí arriba todo se ve desde otra perspectiva. Mi  padre decía que antes de tomar una decisión, como es el caso, había que hacer dos listas, unas con los beneficios de la acción y otra con los inconvenientes, mi padre era una pesado y por eso se murió. Algunos dicen que es la depresión prenavideña, o la depresión de los taitantos, o la depresión futbolística, o la depresión depresiva en general, no tengo ni idea. Y  ya estoy en el aire, 320. Hace frío en Francia, me tenía que haber traído una bufandita. Estaba rico el croissant de esta mañana, pero que pena que lo de esta chaqueta, además en un día importante como hoy. Ya me imagino a los policías cuchicheando sobre la mancha de chocolote, echándome en cara que los suicidas de ahora no son como los de antes, que ahora ya no se suicidan con estilo, con charme. 280. Pero me va a dar igual. Espero que por lo menos me pongan una lápida bonita, con un bonito epitafio, algo así como: “A él, que tanto hizo”, así cortito, directo y abierto a la imaginación. Ya me lo imagino, la envidia del camposanto, aunque no estoy seguro si a los suicidas nos entierran en los cementerios, para el caso me da igual a estas alturas, exactamente a 200 metros. Que sorpresa, un grupo de turistas japoneses, sacarme fotos, me gusta sentirme parte de su viaje. Señora, cójame este perfil que es el bueno, dentro de lo que cabe. Para ser sincero seguro que no cabe, yo no consideró problema tener la cabeza grande, aunque es cierto que ahora si que echo en falta un gorrito, ah y la maldita bufanda, joder que frío hace en Francia. 150. Para que lo sepáis, yo soy juanetólogo, o sea que estudio el ser y la profundidad terapéutica del juanete en nuestra sociedad, tema que creo apasionante y del que podría pasarme horas hablando, cosa que no voy a hacer por cuestión de metros. 100. Debo ser un espectáculo, estéticamente hablando. Majestuosa caída, salto con clase, el glamour de la relatividad, orgulloso suicida. Aunque ahora que lo pienso suicidarse es una tontería, 75, que vergüenza el morirse ahora con toda la gente mirando, 50, ya no me suicido, 25, ¡cogermeeee! Menos mal que mi yo curioso ha estado atento, al tercer bote no has estado mal, gracias por los aplausos. Tan sencillo como esto, vamos a tomarnos un croissant. Te recuerdo que son solo palabras que han cobrado un sentido de los miles que se podían divisar desde la punta de la Torre Eiffel, exactamente a 324 metros de la nada.

1 comentario

Airun -

Curiosa visión dl suicidio...aunk creo q la gente q toma esa decisión no se para a pensar dmasiado, si no, no lo harían, seguro...
En fin, voy a ver si estudio algo, q vaya muy bien rubioo!!!
Muuakksss!!!